MAS RECOMENDACIONES PARA VENCER LAS TENTACIONES
COMO DEFENDERNOS DE LAS TENTACIONES 4
OTRAS RECOMENDACIONES
En el programa anterior mencioné ocho prácticas que debemos realizar para vencer las tentaciones del mundo y de la carne las cuales ayudan a crear una base para superarlas. Estas son: crecer en el conocimiento de Dios y de su voluntad, crecer en el conocimiento de nuestras fortalezas y debilidades, detectar nuestro defecto dominante, centrarnos en las raíces del pecado, seguir a Cristo tomando nuestra cruz; crecer en las virtudes, purificar nuestros sentidos, la imaginación, la memoria, el intelecto y la voluntad; confesarnos y comulgar regularmente y orar. Ahora, en esta cuarta parte de COMO VENCER LAS TENTACIONES continuaré con otras recomendaciones que ayudarán a tener éxito en rechazarlas.
Pero, debes fijarte en lo que Jesús dice en Lc 11,24-26 “Cuando el espíritu impuro sale de un hombre, anda por lugares áridos buscando descanso y, al no encontrarlo, se dice: Regresaré a mi casa de donde salí. Al llegar, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, con lo que la situación final de este hombre es peor que la del principio.” Esto significa, que las personas que han vivido hundidas en el pecado, van a enfrentarse en el futuro, a muchas más tentaciones, incluso si se han arrepentido y desean mantenerse alejadas de esa forma de actuar, por lo que, sobre todo esas personas, deben estar conscientes de la indiscutible importancia del papel preventivo de las virtudes, de la importancia de conocer la Sagrada Escritura que es en donde se encuentra la voluntad de Dios, sus enseñanzas, sus mandamientos y su sabiduría.
Algo muy importante para romper con las ataduras que tu mal ejemplo pudo dejar en tus hijos es que trabajes para desarrollar buenos hábitos en ellos desde temprana edad, pues aprender y practicar las virtudes fielmente es una buena forma de evitar una multitud de tentaciones y las consecuencias que afectarían sus vidas si llegaran a caer en las trampas del enemigo. Por lo que corresponde, buscar y desarrollar actividades buenas para ponerlas en práctica y enseñarlas tanto a los hijos como a los demás. La lectura de la Biblia o sobre la Vida de Santos, es una buena alternativa para pasar el tiempo aprendiendo y creciendo en las cosas buenas de la vida, que llegan como resultado de obedecer a Dios; porque no se trata de solamente eliminar las cosas malas de tu vida, pues así se crearían vacíos que pueden llenarse de cosas malas. Por ello, la propuesta es “desplazar las cosas malas con algo bueno”. Así, las cosas buenas que te gustan te llevarán a otras cosas buenas que tal vez no sean tan de tu agrado. Después te darás cuenta, que también son de bendición para ti y los tuyos, pues así como El pecado engendra pecado, también las virtudes y las cosas buenas, harán que broten buenos frutos en tu vida.
Por eso te recomiendo que tomes nota para estudiar después las doce acciones que debes realizar para fortalecerte contra las tentaciones, combatir en la Guerra Espiritual y salir victorioso, aun cuando algunas ya las mencioné en los programas anteriores, las mencionaré de nuevo pues son poderosas medidas que te harán fuerte en tu lucha espiritual, y como la Palabra de Dios es una fuente de sabiduría y de amor que muestra lo que debemos hacer, medita en las citas que respaldan cada acción.
1 – No confíes en ti mismo, ten fe y actúa según la dirección de Dios. Esta recomendación proviene de lo que dice Pr 26,12 en donde dice: “Más se puede esperar de un necio que de alguien que presume de sabio.” Pr 3,7 resalta: “No te creas muy sabio; obedece a Dios y aléjate del mal.” Con esto Dios nos invita a confiar plenamente en Él, pero también que hagamos lo que nos corresponde, como es alejarnos de todo cuanto pueda conducirnos a caer nuevamente. Toma en cuenta que la confianza en Dios es un arma espiritual, es la fe puesta en acción, es un acto de confianza que disipa los ataques de los malos espíritus, pues como dice el Eclo 2,6 “Si corrigen su conducta y ponen su confianza en Dios, él les brindará su ayuda.”
2 – Cuando no sepas qué hacer, o te sientas cansado o agobiado o con dudas, acude a Jesús, pero también busca consejo de tu asesor espiritual o tu confesor. En la guerra espiritual, comunícate con Jesús en oración, y sin dudarlo solicita su ayuda, e invoca su Santo Nombre que es temido por los demonios. Jesús dice en Mt 11,28: “Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré.”
También trae la luz del Señor a las tinieblas que lleguen a tu vida, como dice Jesús en Lc 11,35: “Ten cuidado para que la luz que hay en ti no se convierta en oscuridad.” Confiesa las dificultades que encuentres en tu vida espiritual, tanto las tentaciones como tus caídas. Habla sobre ello con tu director espiritual o acudiendo al Sacramento de la Confesión y sigue los consejos e instrucciones que te den respaldadas por las Sagradas Escrituras. Jn 3,21 dice: “Los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios.”
3 – No negocies con las tentaciones; guárdate inmediatamente en el Corazón de Jesús. El ejemplo de a lo que hacer eso puede llevarnos, lo tenemos en el Génesis donde se narra que, Eva negoció con la serpiente, imagen del diablo, y las consecuencias las estamos pagando aún. Por ello debemos refugiarnos en Cristo pues así nos alejaremos de las tentaciones. Por ello dice San Pablo en Col 3,3: “Ustedes ya han muerto para el mundo, y ahora, Dios les tiene reservado el vivir con Cristo.” Y podemos disfrutar esta realidad, en la medida que dejemos atrás el pecado y luchemos contra las tentaciones, esto es lo que significa morir al mundo.
4 – Ponte en el último lugar, para que tus obras no se contaminen con el orgullo, porque el orgullo es un pecado, La Biblia usa diferentes palabras para hablar de orgullo: arrogancia, altivez, jactancia, pretensión, vanagloria. Todas ellas apuntan a un corazón que se rebela, que quiere la honra para sí mismo y no para Dios. El corazón orgulloso no quiere someterse ni rendirse ante nada ni nadie. El orgullo es el pecado más antiguo.
En la Sagrada Escritura encontramos que Dios detesta la mirada orgullosa, los ojos altaneros (Pro 6,16-17). Dios aborrece al altivo de corazón (Pro 16,5; 8,13). El orgullo es ateísmo, como dice el Sal 10,4: “El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios. Todo su pensamiento es: No hay Dios.” Y como lo que debemos hacer es sacar el orgullo de nuestra vida, sigamos el ejemplo de Cristo ,ejemplo de humildad, que, como dice Fil 2,6-8: “Cristo Jesús, siendo de condición divina, no consideró codiciable el ser igual a Dios. Al contrario, se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres. Y en su condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.”
Aun cuando el amor propio es natural, debemos mantenerlo bajo control, ordenado, y esto significa sin orgullo. Esto es muy importante porque la humildad vence al diablo, ya que él es la perfecta muestra de orgullo. Por eso trabaja mucho para que caigamos en el amor propio desordenado que nos llevará a caer en el orgullo, que es la raíz muchos otros pecados, por ello, el Señor nos dice en Pr 29,23: “El orgullo del hombre lo humillará, pero el de espíritu humilde obtendrá honores.”
5 – Ten paciencia contigo mism@. Debes entender que la paciencia es un arma secreta que nos ayuda a mantener la paz del alma, incluso en las grandes tormentas de la vida, porque es la capacidad de soportar las demoras, los problemas, la oposición y el sufrimiento sin enojo, frustración ni ansiedad. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Es la habilidad de hacer la voluntad del Señor y aceptar las cosas a Su tiempo. Santo Tomás de Aquino, en la Suma Teológica escribió: «La paciencia es una virtud que se relaciona con la virtud de la fortaleza e impide al hombre distanciarse de la recta razón iluminada por la fe y sucumbir a las dificultades y tristezas». Si enfocamos esas definiciones a nosotros, podemos decir que la paciencia con uno mismo es parte también de la humildad y la confianza. La impaciencia, por el contrario, es una de las formas con las que nos tienta el diablo para enojarnos y volvernos contra nosotros mismos. Entonces, para salir de ese ciclo de orgullo que lleva a la impaciencia y la desconfianza, la acción que recomiendo es que te mires a ti mism@ desde el punto de vista de Dios, y eso lo lograrás conociendo lo que Dios ha hecho por ti y para saberlo, debes conocer las Sagradas Escrituras, ahí verás que Él te ama y es infinitamente paciente con nosotros, entonces no solamente serás paciente sino tendrás un corazón agradecido, que te llevará a obedecer y mantenerte firme contra las tentaciones. Por ello, como dice el Eclo 2,4: “Acepta todo lo que te venga, y sé paciente si la vida te trae sufrimientos.”
6 – No descuides las mortificaciones. Las mortificaciones son poderosas armas de guerra. Pueden ser pequeños sacrificios, pero ofrecidos con amor nos ayudan a dominar la carne y fortalecen nuestro espíritu para que nos mantengamos gratos a Dios, porque tienen el poder del amor sacrificial que mantiene al enemigo lejos. Nuestro Señor Jesús enseña en Mt 17,21 que “algunos demonios sólo pueden ser expulsados por la oración y el ayuno.” Pero debes tener en cuenta lo que Jesús dice en Mt 6,18 respecto a la forma en la que debemos hacerlo: “Que tu ayuno sea visto, no por los hombres, sino por tu Padre que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.”
7 – Todos tenemos gente con autoridad sobre nosotros y nos corresponde obedecer siempre a nuestros superiores, incluidos tu director espiritual y tu confesor. El diablo pretende dividir para conquistar, pero la humilde obediencia a la autoridad auténtica es una poderosa arma espiritual, porque tiene el respaldo de Dios, como dice en Hch 5,31 refiriéndose a Jesús, que, por obedecer al cumplir la misión a la que fue enviado, “Dios lo ha exaltado a su derecha como Príncipe y Salvador, para dar a Israel la ocasión de arrepentirse y de obtener el perdón de los pecados.”
San Pablo dice sobre la obediencia a las autoridades en Ro 13,1: “Todos deben someterse a las personas que ejercen la autoridad. Porque no hay autoridad que no venga de Dios, y las que existen, fueron puestas por él.” Y en Tit 3,1 dice: “Recuerda a todos que respeten plenamente a las autoridades que gobiernan; que les obedezcan y estén dispuestos a hacer el bien.”
Si hemos de reconocer, respetar y obedecer a las autoridades terrenas, más razón hay para obedecer a Dios y a su Hijo Jesús que dio ejemplo de obediencia hasta la Muerte, como leemos en Hb 5,8 “El mismo Cristo, precisamente porque era Hijo, aprendió sufriendo a obedecer.” Y en Mt 28,18 dice: “Jesús se acercó y se dirigió a sus discípulos con estas palabras: Dios me ha dado autoridad plena sobre cielo y tierra.” Por lo que, si obedecemos y clamamos a Jesús, Él , que tiene autoridad sobre los demonios, vendrá en nuestra ayuda.
8 – Evita la murmuración y los chismes. No son gratos a Dios. La lengua es poderosa y lo que digas puede hacer mucho daño al honor y la reputación de una persona. El diablo es un mentiroso que promueve acusaciones falsas y chismes. Y en Jn 6,43, leemos que con energía y autoridad “Jesús dijo: Dejen de murmurar.” Y San Pablo en 1Co 6,10 escribió una sentencia muy fuerte, dice ahí: “… ni los chismosos, (calumniadores o difamadores), heredarán el Reino de Dios.”
9 – Actúa como un verdadero hijo de Dios, sigue sus enseñanzas y, obedece sus normas y mandamientos.
El diablo es un entrometido que intenta arrastrar a todos a su malvado proyecto de alejarnos de las enseñanzas de Dios, para entonces, llevarnos a romper sus normas y mandamientos. La forma que utiliza para lograrlo es meter su mentiras en nuestra mente, por ello es clave, en la guerra espiritual, que guardemos nuestra mente con el casco de la salvación, como dice San Pablo en Ef 6,17, esto significa que debemos estar convencidos que al aceptar la salvación por el sacrificio de Jesús, estaremos protegidos contra las ideas que pretenda meter en nuestra mente. Pero eso requiere que permanezcamos despiertos, atentos porque sus ataques pueden ser muy sutiles, pues si fueran evidentes, los rechazaríamos desde el principio.
En Mt 19,17 Jesús dice: “Si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos.” Al obedecer sus mandamientos, también agradarás a Dios, y en Lc 11,28 “Jesús dijo: –Más bien, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”. Y en Jn 14,23 Jesús amplía la información motivándonos a conocer la Escritura Sagrada, es decir, la voluntad de Dios y obedecerla, cuando dice: “¡Dichosa más bien la gente que escucha el mensaje de Dios, y lo obedece!” “Si alguien me ama, también me obedece. Dios mi Padre lo amará, y vendremos a vivir con él.” Y es que solo podremos obedecer a Dios, si conocemos su voluntad, por eso la importancia de leer, estudiar y meditar la Biblia, porque solo así podremos vivir de acuerdo a ella.
10 – Sé fiel a tus promesas. Muchos hemos hecho algún voto delante de Dios y de la Iglesia, como los votos matrimoniales o las promesas bautismales, y debemos ser fieles a esas promesas, lo que implica que debemos mantenerlas claras en nuestra mente porque Satanás tienta a la infidelidad, a la confusión, al caos y la desobediencia, por lo que el Ecles nos previene cundo dice en 5,4: “Si haces una promesa a Dios, no tardes en cumplirla, pues no le agradan los necios. El voto que has hecho, cúmplelo.” Recuerda que la fidelidad es un arma para la victoria porque te mantendrá firme en tu deseo de vencer lo que te aleje de tu Señor a quien deseas serle fiel.
11 – Haz el bien que puedas hacer incluso a quien te dañó o te causa problemas. Ser misericordios@ es un arma para el bien y para derrotar el mal. El diablo trabaja sembrando odio, ira, venganza y rencor. Por lo que, si alguien te ha hecho algún daño, pregúntate: ¿Qué bien puedo hacerle? “Porque una bendición rompe maldiciones.” Pro 11,17 “Compadécete de los demás y te harás bien a ti mismo; pero si les haces daño, el daño te lo harás tú.” Y en Mt 5,39-41 Jesús dice: “No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos.” Esto es una locura para los paganos, los que son del mundo, pero para los seguidores de Cristo es la confirmación de lo que nuestro Señor y Salvador hizo, y su testimonio de vida nos anima a imitarle.
12 – Descarga tus sentimientos sólo en la presencia del Señor. Un alma habladora será más fácil de ser atacada por el diablo porque los demonios son espíritus que escuchan lo que dices en voz alta y puedes ser atacado a partir de tus comentarios, por lo que, ser reservado es una armadura espiritual. En Pro 11,12 leemos: “El que es imprudente critica a su amigo; el que piensa lo que dice sabe cuándo guardar silencio.” Y San Pablo dice: ¡Manténganse alerta! Que la verdad y la justicia de Dios los vistan y protejan como una armadura. Ef 6,14
Debemos mantenernos atentos, porque es importante, que, a la primera señal de ataque de la tentación, nos opongamos, porque las tentaciones que entran en el alma a través de los sentidos y que ofrecen satisfacción a nuestra naturaleza, causan una presión “muy fuerte”, por ello es importante estar en guardia para que podamos reprimir la tentación desde sus primeros avances, pues, si por una defensa débil, posibilitamos que la imaginación se excite y el corazón se ocupe de ella, por esa dejadez podemos llegar a caer, y eso no es lo que queremos.
Por ello es importante que mantengamos nuestra mente y corazón rendidos al Señor y obedeciendo sus enseñanzas, normas y mandamientos, de esa manera no permitiremos que el enemigo ni siquiera se acerque, porque sabemos que puede envolvernos con sus mentiras y trampas, por eso, mantengámonos atentos y no permitamos que las tentaciones se acerquen para mostrarnos lo que nos ofrecen, pues a ellas no debemos ni escucharlas. Eva, en el Jardín del Edén, dialogó, con la serpiente, es decir, la escuchó y le habló manifestándole interés en lo que le decía, dándole lugar así a que la enredara con sus planteamientos mentirosos y fue engañada, cayó en la trampa. En cambio, Mt 4,2 nos muestra que con Jesús tenemos el ejemplo de lo que debemos hacer: luego de 40 días de ayuno en el desierto, no dialogó con el demonio y cuando quiso tentarlo, Jesús citó la Sagrada Escritura y el diablo fue vencido por la Palabra de Dios, la espada de la que nos habla San Pablo. La espada es un arma defensiva, y cuando el enemigo te ataque puedas defenderte con ella, pero también es ofensiva, de ataque, para hacerlo huir; por ello la recomendación es que te mantengas leyendo, estudiando y meditando la Biblia. Así podrás aplicarla a tu vida en todo momento y vencer las tentaciones.
Que así sea para gloria de Dios y tu bendición.
